viernes, 15 de agosto de 2008

EL MURAL DE LA PLAZA

¿Qué hay detrás de una pared? Cuadros velados, libros cerrados, estatuas sin luz y melodías inaudibles. Detrás de una pared está lo amurallado. Historias naufragantes en el humeante mar de lo anónimo. Lo escondido. Amores y odios, hambre, alegrías y vergüenzas, duelo, sueños. Detrás de una pared está lo que la mirada no ve. Lo que el oído no oye. Lo que la palabra no dice. La pared que nos separa nos empobrece en la avaricia sórdida del aislamiento. La pared que nos protege es la pared que nos ausenta, desprotegiéndonos. La pared de nuestra casa es el férreo símbolo que nos ausenta del mundo.
¿Qué es el arte en una pared? Es lo que llama, lo que pide, lo que da. El arte muralista es de todos y para todos. Le pide al otro su mirada y le da al otro la voz de lo humano. Es donación. Abre el muro. Graba en lo liso el misterio de la conversación. Se hace cuerpo y empresa. Es idea. Prospera en la sensibilidad ajena. Desanuda lo propio y se hace todos.
En esta plaza, la de Pappo, nos enriquece. Todo arte honra el alma. Pero en esta plaza sucede lo extraordinario. La pared que lo sostiene no tiene un atrás oculto. Está lo abierto. La alegría de los chicos. La pared de este mural tiene el futuro del otro lado.
Agradecemos a los artistas su arte.